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May 10

Pese a las afirmaciones de los activistas sobre los peligros del glifosato, no hay aumento de cáncer en Argentina

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Este es el primero de dos artículos sobre la información errónea que se extiende sobre los pesticidas en América del Sur. Leer aquí la segunda parte.

Los titulares han sido alarmantes: “Las muertes por cáncer se duplican en las zonas agroindustriales con transgénicos de la Argentina”. En 2014, la revista The Ecologist apuntaba al herbicida glifosato, afirmando que “todo es el resultado de la utilización generalizada de los cultivos transgénicos resistentes a herbicidas”. Es más:  “Los cultivos GM inustriales están convirtiendo a la salud pública en un infierno”. Estas afirmaciones fueron respaldadas por las autoridades locales, según la misma revista.

La revista GM Watch  publicó un artículo similar, titulado “Las muertes por cáncer se duplican donde utilizan cultivos transgénicos y agroquímicos.” Ambos artículos utilizaron como fundamento un supuesto informe del Ministerio de Salud de la provincia de Córdoba (Argentina) donde se afirmaba que las muertes por cáncer son el doble de la media nacional en las zonas donde se sembraban cultivos genéticamente modificados y se utilizan agroquímicos. Este informe estaba respaldado con los casos de cáncer registrados desde 2004 a 2009 .

Posteriormente, se descubrió que ninguna de estas afirmaciones eran ciertas. En entrevistas recientes y en los informes oficiales tanto el jefe del área Oncológica del Hospital Provincial de Córdoba, el Ministro de Agricultura Provincial como un especialista en agro-química de la Universidad de Córdoba  hicieron hincapié en que si bien el cáncer como enfermedad es una preocupación para la provincia, la tasa no es mayor que ninguna otra parte del país. De hecho, la única zona donde la tasa de cáncer es superior se da justo en un área donde no se practica la agricultura.

Ver: Agroquímicos y fallecimientos por cáncer en la Provincia de Córdoba, Argentina

Rob Saik, CEO de la compañía canadiense Agri-Trend que fomenta la sostenibilidad agrícola, visitó recientemente Argentina para entrevistar a especialistas y habitantes de las zonas agrícolas sembradas con OGMs como parte de la investigación para una película llamada “KnowGMO la película” la cual están produciendo junto con su hijo. “La historia real es 180 grados diferente de lo que usted lee por Internet“, dijo Saik en una entrevista. “Hay problemas de salud, pero no existe una correlación directa entre la siembra de OGMs, la aplicación de productos químicos y las tasas de cáncer en Córdoba.” Además Saik entrevistó a expertos locales en dos áreas de Argentina colmadas de activistas: Ituzaingo y Monte Maíz.

Testimonio de  expertos en tasas reales de cáncer

Martín Alonso es médico y director del Hospital Oncológico provincial de Córdoba. Alonso dijo que se enteró de las preocupaciones sobre las tasas de cáncer cuando una encuesta mostró un aumento. El gobierno de la provincia llevó a cabo una investigación y en lugar de encontrar las mayores tasas de cáncer, como lo informaba GM Watch, se encontró con que “los casos de cáncer reportados por los vecinos no pudieron ser confirmados.” En la localidad de Monte Maiz, provincia de Córdoba, le dijo a Saik:

La situación era exactamente la misma Las evaluaciones que llevamos a cabo no mostraron diferencias con respecto a otros casos de cáncer encontrados en otras poblaciones con similar exposición en la provincia de Córdoba.

El Dr. Alonso redactó un informe y se lo envió al presidente de la comisión de salud provincial para aclarar que no hubo un aumento general en las tasas de cáncer reportadas en Córdoba entre 2004 y 2011, y que dichas cifras no eran diferentes del resto de Argentina.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud… datos epidemiológicos (como el aumento de muerte por cáncer) en los países menos desarrollados, en particular los países en transición y de ingresos medios, como por ejemplo, en América del Sur y Asia. El Registro de Tumores de la provincia de Córdoba llegó a la conclusión de que la distribución de casos de cáncer observados en la provincia es consistente con el perfil epidemiológico del país.  Los doctores concluyeron: “Es nuestro deber de llevar la paz a la población y llevar a un debate racional en pos de evitar interpretaciones simplistas e incorrectas de los datos”.

Alicia Cavallo es profesora de química de la Universidad Nacional de Córdoba y se especializa en agroquímicos y manejo agrícola. Ella observó que los pesticidas utilizados antes de la llegada de los cultivos transgénicos tenían niveles más altos de toxicidad que el glifosato y además utilizaban co-adyuvantes (sustancias químicas asociadas) que no eran “específicos ni  ambientalmente seguros”.

Carvallo le indicó a Saik que la “controversia en la localidad de Ituzaingo comenzó hace 15 años y las causas primarias del conflicto eran diferentes a las planteadas en Monte Maiz”. Ellos sólo consideraron la producción agropecuaria, no su relación con los OGMs. Esta situación controversial…  no tuvo en cuenta otros factores de contaminación relacionados con este lugar. “Resulta que el barrio fue construido sobre un antiguo vertedero que tenía residuos de metales pesados ​​como el plomo, bifenilos policlorados (PCB) provenientes de transformadores eléctricos, además de otros contaminantes en el suelo. El glifosato por otro lado no es ni carcinogénico o teratogénico.

En Monte Maiz, “algunos estudiantes desarrollaron un estudio sin el rigor científico establecido por la Organización Panamericana de la Salud“. Los estudiantes simplemente preguntaron a los vecinos si pensaban que las tasas de cáncer eran altas, y si conocían personas en su vecindario que hayan tenido cáncer. No es exactamente un ensayo doble ciego o incluso una evaluación de un registro de pacientes con cáncer.

Juan Cruz Molina, secretario de Agricultura de la provincia de Córdoba, señaló que la agricultura constituye alrededor del 40% de la superficie de la provincia. Además, las tierras de cultivo han aumentado de 3 a 7 millones de hectáreas desde 1995. “Debido a los transgénicos, las tierras aptas para cultivo han aumentado significativamente”, dijo Molina. “Cuando se utilizan correctamente, los riesgos  disminuyen significativamente. Todos queremos practicar una agricultura de menor impacto”. Añadió que cuando él y sus colegas han contactado organizaciones de salud, no han encontraron ninguna relación directa entre los pesticidas, productos fitosanitarios u otros productos químicos agrícolas y el cáncer. Sin embargo, “hay ciertos grupos de interés que comunican parte de la verdad. Plantean la bandera del medio ambiente, pero no comunican con veracidad”.

Tanto Alonso como Molina y Cavallo señalan que los activistas han instalado en estas zonas rurales denuncias desde el desconocimiento y con graves faltas de información. “Ellos lo asocian con ideas políticas. Asocian a los transgénicos con la falta de soberanía alimentaria, el imperialismo y otras cuestiones“, dijo Cavallo.

¿Cuál es el problema?

Parece ser que ls activistas fabricaron los datos de las tasas de cáncer que no existían en ningún organismo oficial. Monsanto había planeado la construcción de una planta de producción y mejoramiento de semillas en la provincia de Córdoba hasta que activistas comenzaron a llegar a la zona para realizar protestas, influir a los vecinos locales e involucrarse con la política, todos para implantar dudas sobre los OGMs.


Sobre el autor:

Andrew Porterfield tiene una maestría en biotecnología y se desempeña como escritor, editor y consultor en comunicaciones para instituciones académicas, empresas y organizaciones no lucrativas en las ciencias de la vida. Tiene su sede en Camarillo, California. Puedes seguirlo en twitter: @AMPorterfield


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