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Dec 06

Activismo anti-transgénico y su impacto en la seguridad alimentaria

antiogm

La ciencia debería liderar las políticas públicas y la comprensión del público sobre las ventajas y limitaciones de los cultivos genéticmente modificados (GM) y los avances alimentarios. Los activistas han descartado la opinión de los científicos más reconocidos a nivel global con el fin de generar desconfianza del público hacia los beneficios de los cultivos y alimentos GM. Limitar las acciones de los activistas que han sido responsables del incremento en los costos regulatorios y políticas públicas que limitan la innovación, tanto en el sector público como en el privado, es esencial para asegurar que millones de consumidores puedan darse cuenta de los beneficios ambientales, económicos y nutricionales que ofrece la tecnología GM.

  • Al haber ignorado a la ciencia para oponerse a la tecnología GM, los activistas han provocado un impacto negativo en el debate público y las regulaciones medioambientales.
  • Los activistas limitan la habilidad de los tomadores de decisión para desarrollar políticas públicas que promuevan la innovación tecnológica.
  • Los activistas deciden ignorar  la credibilidad de los científicos y promueven la desconfianza del sistema de seguridad alimentario y las innovaciones que podrían mejorar la nutrición y la sustentabilidad ambiental.
  • La aceptación del público sobre los beneficios de la tecnología aplicada a los alimentos ha sido mitigada en un ambiente en donde los activistas lideran la opinión pública e ignoran el consenso científico.
  • Detener las acciones de los activistas resultaría en la promoción de una sociedad que avanza en la investigación y desarrollo de la tecnología GM y de la ciencia de los cultivos.

La alimentación es un tema personal y cultural. Son las cosas que están enfrente de nosotros en la mesa, es el sustento que le damos a nuestras familias y amigos más queridos. Por estas razones es un tema clave para crear miedos.”

Uno de los aspectos más remarcables sobre el movimiento anti-ciencia  es la promoción de ideas y filosofías que vayan en contra del consenso científico. El movimiento contra la biotecnología tiene mucho en común con los movimientos que se oponen a las vacunas, niegan la ciencia del cambio climático o que afirman que la evolución es un mito. Los opositores a la biotecnología frecuentemente ignoran la ciencia o a los científicos con credibilidad, y en lugar de ello se apoyan en información poco confiable, propagan desinformación, generan miedos, y presentan una adicción a las falacias lógicas.

Los críticos de los OGM (para este artículo, “transgénico”, “modificado genéticamente”, “GM” y “OGM” son sinónimos) libran campañas agresivas contra las tecnologías existentes que han demostrado ser ventajosas para el agricultor, el medio ambiente, el consumidor, y los pobres atrapados en déficit nutricional. Los opositores a la biotecnología explotan el deseo humano de evitar el riesgo, impidiendo el progreso en el uso de la tecnología transgénica como una herramienta para mejorar la condición humana.

Negación de la evidencia científica en el tema de los transgénicos 

La negación de la evidencia científica en la tecnología es la base del movimiento anti-transgénico”

Los activistas anti-transgénicos se apoyan en información que no refleja las investigaciones que han hecho científicos independientes y que han sido publicadas en journal peer-review de alto impacto. Cada año se publican cientos de artículos académicos que respaldan la utilidad, eficacia y seguridad de las tecnologías transgénicas y que raramente reciben atención de los medios de comunicación a pesar de que estos artículos deben de pasar por un riguroso proceso de revisión por pares antes de ser incorporados a la literatura científica. Aun así los activistas prefieren maquillar y citar los mismos estudios de poca calidad e irreproducibles, además de ignorar la abundancia de información asequible, independiente y confiable sobre los transgénicos.

Un ejemplo de esto para citar ocurrió en Noviembre de 2013 con un artículo titulado “Se vincula el consumo de OGM´s con desordenes de gluten en 18 millones de Americanos – Reporte” [1]. Este artículo no citaba referencias o investigaciones. Las acusaciones fueron generadas por Jeffrey Smith, un muy conocido anti-OGM´s sin estudios científicos, y fue entrevistado por un quiropráctico. Nada de lo que de que se reportó fue investigado, no había vínculos con investigaciones reales. El artículo reflejaba la opinión de alguien que no es científico.  Aun así fue muy promocionado y leído alrededor del mundo. Igualmente muchas veces los medios de comunicación confunden la especulación con la ciencia. Los titulares espectaculares capturan la atención, y el sensacionalismo sigue alimentando este ciclo de noticias, permitiendo que argumentos que no están basados en ciencia se trasformen en titulares. Estas argumentaciones sin bases son rápidamente tomadas por noticieros y propagadas velozmente. Los medios de comunicación propagan estas argumentaciones aún más lejos, inclusive a través de agencias reconocidas.

Culpando a nuevas tecnologías por problemas históricos 

Lo más problemático de estas acusaciones falsas es que se pone menos atención en encontrar las verdaderas causas a estos problemas”

La resistencia a insectos y malezas ha sido mencionada como un problema derivado de la adopción de la tecnología GM. La hipérbole activista habla sobre “súper malezas”. Difícilmente son “súper”; ya que sólo son resistentes a un herbicida, un desafío que ha afrontado la agricultura moderna desde mucho antes de la introducción de los cultivos GM.

Muchas de las críticas se enfocan en el uso del herbicida glifosato (el principio activo presente en productos como el Roundup) que se usa en conjunto con muchos otros cultivos GM tolerantes a herbicidas. Los agricultores han sido capaces de sustituir el glifosato con otros químicos que proveen mejor manejo y restricciones ambientales, lo que ha reducido el impacto de herbicidas. Aunque el aumento en el número de malezas resistentes a glifosato es un problema real [2], los mismos desafíos pasan en todos los tipos de sistemas de cultivos. El simple uso de herbicidas revela la antigua batalla que se ha llevado entre las malezas y los humanos para controlarlas. Es una batalla armada sin fin, y la resistencia al glifosato es un ejemplo más de esa realidad.

Muchos autores y activistas señalan que desde la adopción de los cultivos GM han aumentado un catálogo de enfermedades: obesidad, enfermedades del hígado, autismo, asma, y muchas otras enfermedades crónicas [3]. Aun así, no hay evidencia que demuestre el vínculo entre el consumo de estos productos y las enfermedades que se mencionan. El aumento de la incidencia de estos problemas de salud coincide precisamente con el aumento del consumo de alimentos orgánicos, y por supuesto, no hay conexión probable. Esta confusión común entre la correlación y la causa subyace  en las retóricas de la literatura y sitios web anti-OGM´s. La ciencia verdadera busca la conexión entre causa y efecto y va más allá de la simple correlación, pero la literatura revisada por pares anti-OMGs manipula estas asociaciones que son en su mayoría no auténticas. Raramente, si es que alguna vez, hemos visto evidencia que demuestra vinculaciones entre tratamientos y resultados, o relaciones dosis-respuesta como es requerido por las buenas prácticas científicas.

Lo más problemático de estas acusaciones falsas es que se pone menos atención en encontrar las verdaderas causas a estas enfermedades. Las razones reales que causan estas enfermedades que mencionan los activistas son multifactoriales, lo que significa que la predisposición genética es exacerbada por los factores ambientales y otras variables. Mientras que los cultivos transgénicos nunca han sido vinculados con estas enfermedades, esto no ha detenido a los activistas anti-OGM´s de proponer argumentaciones imaginadas y venderlas como hechos.

Debido a los miedos que generan estas campañas, los cultivos que son resistentes a enfermedades, tolerantes a sequias o inundaciones y muchos otros estreses culturales, siguen bajo llave en el laboratorio a nivel global. Plantas con mejor calidad nutricional y uso más eficiente de fertilizantes ya han sido desarrolladas pero permanecen sin ser aprobadas. Soluciones reales a problemas como producción o poscosecha o estrés ambiental o nutricional, permanecen ignorados, en parte, porque la oposición a la biotecnología detiene estas tecnologías con un gran potencial. Esta realidad golpea aún más fuerte en los países en vías de desarrollo.

Diferenciando a un científico de un “experto”

Los científicos públicos que son expertos en este tema son ignorados… mientras que los charlatanes, sin evidencias, son invitados a moldear el debate científico.”

Algo de las literatura anti-OGM´s más citada no son investigaciones de primera mano, sino más bien literatura sesgada (cherry picking) y resúmenes que no han sido objeto de revisión por pares, como “GMO Myths and Truths”. Un trabajo más que llega a una conclusiones especulativas  que no están respaldadas por evidencia u otros trabajos. Además, una nueva generación de journals ha llegado, autoproclamándose como fuentes creíbles, pero a veces publicando lo que sea mientras los autores estén dispuestos a brindar una suma de dinero, inclusive si la investigación ya ha sido retractada o descartada por journals de confianza. Estos journals son llamados “depredadores” y muchos de ellos ofrecen  revisión dudosa y mucha tolerancia editorial. El estudio retractado de Gilles-Eric Séralini fue republicado sin revisión por pares adicional en un journal de acceso público de poco impacto. [4]

Los famosos “expertos” muchas veces citados por el movimiento anti-OGM podrán ser expertos en alguna área de la ciencia, pero tienen muy poca experiencia académica en el tema de cultivos transgénicos. Usan sus puestos en instituciones reconocidas o bien su “status” como celebridades para promover libros o sitios web que satanizan a los OGM´s. Argumentaciones que citan a sitios web personales no son substitutos de investigaciones que están substanciadas y muchos de esos sitios hacen afirmaciones sin evidencia de entrenamiento formal o experimentación. Mientras a los charlatanes, sin evidencias,  se les permite moldear el debate científico, los científicos verdaderos que son expertos en el tema son con regularidad ignorados por los activistas como agentes conspirativos y pagados por las corporaciones multinacionales. Esta disparidad es un problema crítico, ya que el público pone su confianza en aquellos que confirman sus especulaciones y no en aquellos que están capacitados para descubrir los hechos verdaderos.

Y luego están las organizaciones pseudocientíficas que dicen hablar por la comunidad científica, aunque en realidad son un frente de los de activistas. Tres de esos ejemplos son el Institute for Responsible Technology, Center for Food Safety y el Environmental Working Group. A pesar de la falta de evidencia científica revisada por pares, estos grupos son frecuentemente citados por los activistas e inclusive por muchos periodistas como autoridades en la ciencia de los OGM´s. La Union of Concerned Scientists (UCS) es citada como una autoridad contra la tecnología transgénica, sin embargo muy pocos consideran al “Consenso de los Científicos Ignorados”, la abrumadora mayoría de científicos que apoyan a los cultivos GM porque ellos se apoyan en los datos y la evidencia científica.

Desacreditando a la ciencia verdadera

Si la evidencia parece apoyar la seguridad y efectividad de los cultivos GM, ésta es descartada como producto de la maldad científica”

Los críticos de los cultivos GM afirman que incentivos económicos y la corrupción guía la evidencia experimental de los científicos independientes quienes en secreto conspiran con los editores, analistas y editoriales para ocultar los daños de la tecnología transgénica. Los críticos de la biotecnología con frecuencia dicen que los científicos de instituciones públicas están “comprados” o coaccionados por las entidades corporativas para generar resultados y conclusiones que ellos desean.

La mayoría de las investigaciones sobre cultivos y animales GM es totalmente independiente. El financiamiento de las universidades públicas es transparente, accesible y abierto. Las empresas financian una muy pequeña fracción de la investigación que se hace en las universidades. Los investigadores de las universidades buscan realizar trabajos importantes para corroborar o refutar de manera independiente  las argumentaciones de alguna investigación corporativa.

Sin embargo, hay un gran deseo de comercializar las innovaciones – para llevarlas a los campos de cultivos donde puedan hacer un bien real. Como resultado, las empresas ocasionalmente interactúan con la academia o los gobiernos u alguna otra institución científica, para acelerar el proceso de desarrollo de un producto mediante el uso de recursos humanos (expertos y recursos). Si la evidencia parece apoyar la seguridad y efectividad de los cultivos GM, ésta es descartada por los “escépticos” de manera “reflexiva” como producto de la maldad científica. Una simpe pregunta: ¿Por qué las compañías habrían de pagar por investigación independiente o más pruebas  si los resultados fueran a ser fabricados y los productos destinados a fracasar o dejarlos con enormes problemas por deterioro del medioambiente o problemas a la salud? Si los resultados fueran pura fantasía, entonces ellos podrían ser generados simplemente en casa ahorrando mucho dinero.

Los Estados Unidos, país donde se consumen y crecen la mayor cantidad de alimentos transgénicos, es también el país más litigante. No hay pie para que una empresa (de agricultura, farmacéutica o automotriz) lance un producto al público sin antes haber sido sometido a un escrutinio extremo. Tanto los críticos como los partidarios pueden aceptar que el fin central de la industria es generar ganancias, que sean rentables y que generen regalías. Esto no ocurre cuando los productos son peligrosos, o matan a los consumidores. La cantidad de litigación y la búsqueda de rentabilidad son dos razones para asegurar que seguirá habiendo pruebas exhaustivas sobre la inocuidad de los productos alimentarios.

Mientras los críticos de la biotecnología crean alegaciones sobre científicos públicos vendidos, al mismo tiempo excusan conflictos de interés más peligrosos entre los expertos con los que ellos están de acuerdo, mientras que asumen que los científicos que se “venden” por una pequeña propina están dispuestos a destruir sus carreras que tanto trabajo les han costado. Existen aprovechadores en el movimiento anti-biotecnología con incentivos financieros, libros y discursos que ofrecen seguridad laboral sin fin y un lugar como centro de atención.

Sobreexplotación del riesgo que se percibe y los medios de comunicación “Groupthink”

“Desde las estelas químicas (chemtrails) hasta John F. Kennedy, la internet y las redes sociales brindan todo un catálogo de información basura, incluyendo aquella información sobre los cultivos transgénicos”

Además de las instituciones gubernamentales de los Estados Unidos que aseguran la seguridad de los OGM’s, muchas otras instituciones de investigación han evaluado la seguridad de los cultivos transgénicos. Aquellos cuerpos de investigación independiente continuamente realizan paneles de discusión con expertos en el tema, incluyendo genética, medicina, nutrición, agronomía etc., y pasan hasta dos años en una investigación. Todos esos estudios a la fecha (ha habido docenas de estudios emitidos por organizaciones a nivel global) han concluido que ningún método o sistema de agricultura está libre de riesgos, ya sea transgénico, convencional u orgánico, pero en balance, los transgénicos son tan seguros, o más seguros, que otros métodos.

Daño colateral del activismo anti-científico

Hay una necesidad para comprender como es que estas tecnologías benefician a los agricultores, reducen el impacto ambiental, y pueden ayudar, si no es que, rescatar a individuos con extremas necesidades alimentarias”

La mayor parte del público, especialmente de aquellos países donde los alimentos son abundantes, debe entender los verdaderos beneficios y limitaciones de la biotecnología dentro de cada aplicación específica. Existe una necesidad de comprender como es que estas tecnologías podrían ayudar a los agricultores y reducir los impactos ambientales. A lo largo del mundo de la biología de plantas, los científicos de todo el mundo lamentan las acciones de los activistas y sus efectivas campañas de satanización de los OGM´s, las cuales han limitado innovaciones muy útiles:

  • Los cultivos con atributos Bt o resistencia a glifosato son descartados en lugar de ser mejorados.
  • El proyecto del Arroz Dorado que podría ayudar a millones de niños con deficiencia de vitamina A, está estancado.
  • Las regulaciones excesivas y costos asociados a esto, limitan la participación de pequeñas empresas innovadoras, universidades y laboratorios gubernamentales en la investigación y desarrollo de transgénicos.
  • Dependencia en técnicas de mejoramiento vegetal menos útiles o no testeadas que están siendo adoptadas sin pruebas rigurosas.
  • Beneficios y mejoras en cultivos, medioambiente y nutrición no se están cumpliendo.

Al tiempo que los EEUU (y el mundo en general*) necesita enfatizar las disciplinas de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) para mantener la competitividad internacional, los ataques a la ciencia del movimiento anti-OGM´s minimizan la confianza del público en los investigadores y científicos así como también en nuestras instituciones de investigación públicas. Este ambiente complica la tarea de ayudar a entender al público mejor el rol que el método científico puede y debería jugar en asegurar políticas públicas sólidas y decisiones personales basadas en hechos, en lugar de miedos.

* = Énfasis agregado.


Sobre el Autor

Kevin M. Folta es Biólogo y Doctor en Biología Molecular (Universidad de Illinois en Chicago). Es profesor y presidente del Departamento de Ciencias Hortícolas de la Universidad de Florida, además de divulgador científico en el área de la agro-biotecnología y los cultivos transgénicos. Puedes visitar la web de su laboratorio y su blog personal.


Fuentes/Citas

1. RT.com: GMOs linked to gluten disorders plaguing 18 million Americans – report. In. http://on.rt.com/u3oy52; 2013.

2. Glyphosate resistant weeds: current status and future outlook. Outlooks in Pest Management 2005:183-187.

3. http://www.examiner.com/article/connect-the-dots-2

4. http://www.enveurope.com/content/26/1/14

5. The Economic Power of Golden Rice Opposition – http://journals.cambridge.org/action/displayAbstract?fromPage=online&aid=9136416&fileId=S1355770X1300065X


Documentos de consulta recomendados sobre cultivos GM

 

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