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Mar 11

Riesgos globales de rechazar a la biotecnología agrícola

portda africa

En un mundo donde la demanda alimentaria de la población va en aumento y que para 2050 casi se duplicará, la biotecnología puede llevar a un incremento de la seguridad alimentaria, así como mejorar la calidad de salud de los países en vías de desarrollo con alimentos más nutritivos.  En la agricultura, la biotecnología ha permitido el mejoramiento genético de los cultivos, mejorando la productividad del suelo, y mejorando los controles integrales de plagas y malezas. Desafortunadamente todos esos potenciales no han sido explotados por países africanos, donde la escasez alimentaria ha tenido serias implicaciones.

  • La biotecnología tiene el potencial para mejorar el acceso a alimentos más nutritivos, llevando tanto a  la reducción de los costos en el sector salud cómo al aumento de la productividad económica por mejoras en la nutrición de los trabajadores.
  • El creciente rechazo hacia los cultivos GM en algunos países africanos ha creado una atmosfera política complicada bajo la que se están desarrollando regulaciones excesivas e imprácticas.
  • Para tomar toda la ventaja de las muchas aplicaciones de la biotecnología en la agricultura, los políticos africanos (y demás parte del mundo) deberían de considerar si la sobrerregulación de los cultivos GM es justificable.
  • La agricultura necesita ser vista como una actividad empresarial basada en el conocimiento. Inversiones inteligentes en la agricultura tendrán múltiples efectos en diferentes sectores de la economía y ayudarán a propagar la prosperidad.


La demanda por alimentos más nutritivos continúa. Para el 2050 la demanda global de alimentos podría ser del doble a medida que la población aumenta y los países desarrollados se hacen más activos, demandando más calorías en su dieta diaria.  Esta demanda alimentaria deberá ser cumplida bajo las imposiciones ecológicas de la disponibilidad de tierras arables y el cambio climático. El mundo estará en la necesidad de expandir sus catálogo tecnológico para cumplir con esos retos.

La biotecnología tiene la promesa de contribuir con el constante aumento de alimentos más nutritivos. Puede incrementar la seguridad alimentaria así como mejorar la salud de personas en países en vías de desarrollo mediante mejores alimentos. En la agricultura la biotecnología ha permitido el avance en la investigación de cultivos, mejorando la productividad de los suelos y mejorando el manejo integral de plagas y malezas. Desafortunadamente todos esos potenciales no han sido explotados por países Africanos, donde la escasez alimentaria ha tenido serias implicaciones

Además de incrementar la productividad agrícola, la biotecnología nos permite desarrollar alimentos más nutritivos, producir más alimentos, mejorar la economía de los agricultores, y mejorar la calidad de vida de millones de personas. Cerca de 250 millones de niños alrededor del mundo sufren de deficiencia de vitamina A, lo que provoca que tengan un sistema inmunológico débil y que se convierta además en una de las principales causas de ceguera en los niños. Otras vitaminas y minerales son necesarios para mantener la salud corporal, y la deficiencia de estos lleva a enfermedades infecciosas, complicaciones en los embarazos y partos, así como malformaciones o problemas de desarrollo en el niño o feto. La biotecnología tiene el potencial de incrementar el acceso a alimentos más nutritivos, que conllevaría tanto menores costos en salud pública y mejor rendimiento de los trabajadores que se traduce en mejor crecimiento económico.

“La biotecnología tiene el potencial de proveer alimentos más nutritivos ademas de mejorar los ingresos económicos de los agricultores mejorando su situación económica”

La Revolución Biotecnológica

En 2013, 18 millones de agricultores sembraron cultivos genéticamente modificados (GM) en 27 países alrededor del mundo, de los cuales el 90% eran agricultores de escasos recursos en países en vías de desarrollo. La mayoría de los beneficios para estos agricultores provienen del cultivo de algodón. Por ejemplo, del 2002 al 2010 el algodón Bt (Bacillus thuringensis) dió un acumulado de 9.4 mil millones de dólares para los agricultores de la India, debido a la reducción del uso de insecticidas, mayores rendimientos y convirtió al país desde un importador de algodón a uno de los mayores exportadores.

África ya ha comenzado a unirse a la revolución biotecnológica. En Sudáfrica la producción de cultivos GM aumento a 2.3 millones de hectáreas en 2011. En África del este, Burkina Faso sembró 300 mil hectáreas de algodón Bt  en 2011, comparadas con las 260 mil hectáreas en 2010. El algodón Bt ha sido el cultivo de mayor adopción en el mundo en el 2009. En 2011, Egipto plantó cerca de 2800 hectáreas de maíz Bt, un incremento del 40% comparado con el 2010.

Los países africanos, por el hecho de haber sido los recién llegados, han tenido la ventaja de utilizar las semillas GM de segunda generación. Los agricultores africanos pueden tomar ventaja del salto tecnológico para tener mejores rendimientos por los cultivos transgénicos mientras reducen el uso de químicos. En 2010, Kenya y Tanzania anunciaron que iniciarían la siembra de algodón GM de segunda generación en vista de los beneficios económicos observados. La puerta ahora está abierta para la adopción revolucionaria de la biotecnología que se extenderá a otro tipo de cultivos mientras que la familiarización con la tecnología asi como los beneficios económicos se dispersan.

El crecimiento en la cantidad de tierras de cultivo en todo el mundo ha aumentado durante 18 años consecutivos, a pesar de los esfuerzos políticos y sociales que se han enfocado en prohibir o reducir esa práctica. Las encuestas sugieren que las decisiones futuras sobre los cultivos GM se enfocarán en las necesidades locales conforme más atributos estén disponibles. Por ejemplo, los cultivos que sean capaces en tolerar las sequías son más propicios a ser atractivos para los agricultores Africanos. Un gran ejemplo sobre este tipo de desarrollos es el proyecto “Water Efficient Maize for Africa” el cual está coordinado por La Fundación Africana de Tecnología Agraria en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo y Monsanto, y financiado por la Fundación Howard Buffet así como también por la Fundación Bill y Melinda Gates.

El Principio Precautorio

Aunque los cultivos GM tienen el potencial de incrementar la cantidad de alimentos, productividad agrícola y calidad nutrimental de los alimentos, cada vez se va generando mayor oposición hacia esta tecnología lo que ha creado una atmósfera política muy complicada en la que regulaciones demasiado estrictas se están desarrollando. Mucha de la inspiración para desarrollar regulaciones estrictas viene del Protocolo de Cartagena en Bioseguridad de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica. La doctrina central del Protocolo de Cartagena es el “principio precautorio” que impulsa a los gobiernos a prohibir la liberación al ambiente o consumo de cultivos GM si existe algún riesgo hipotético aunque no exista evidencia científica que corrobore que son dañinos. Estas medidas se contradicen por las medidas de inocuidad alimentaria que adoptó la World Trade Organization que permite a los gobiernos hacer restricciones siempre y cuando exista evidencia científica de daños a la salud o medio ambiente.

Bajo el principio precautorio, la percepción pública es suficiente para impulsar las prohibiciones sobre este tipo de tecnologías. Aquellos que promueven las regulaciones estrictas han citado un sinfín de especulaciones como la transferencia horizontal de genes de los cultivos GM a sus relativos convencionales o silvestres. Otros han resaltado su preocupación por el desarrollo de resistencia a los herbicidas en los cultivos GM que lleve como resultado al desarrollo de “super malezas”. Otros han dispersado miedos sobre la seguridad de los alimentos GM a la salud humana. Otros dicen que los agricultores se harán dependientes de las grandes empresas para el suministro de semillas.

Tales regulaciones “precautorias” han llegado a países africanos, donde el coste de esas implementaciones esta por lo general, más allá de su alcance.  Estas regulaciones también se pone en conflicto con la necesidad de producir más alimentos. Mientras que los países desarrollados retiran fondos para sus propias inversiones en agricultura, la asistencia internacional destinada a la ciencia agrícola ha disminuido..

En junio de 1999, cinco países miembros de la UE (Dinamarca, Francia, Grecia, Italia y Luxemburgo) declararon abiertamente sus intenciones para suspender las autorizaciones de los productos GM hasta que las nuevas normas sobre etiquetado fuesen puestas en acción. Esta decisión fue seguida por una serie de incidentes como el “mal de las vacas locas” en Inglaterra, y contaminación por dioxinas en Bélgica. Estos eventos disminuyeron la confianza en los sistemas regulatorios de la UE y provoco preocupaciones en los países miembros. Los incidentes ocurridos en el pasado relacionados con la inocuidad alimentaria tendieron a moldear la percepción pública sobre nuevos miedos. Mucho de esto ocurrió en las primeras fases de la globalización económica donde los riesgos y beneficios eran aún inciertos y cuestionables.

Gran parte de este debate ocurrió en una época de creciente desconfianza sobre los problemas ambientales que surgieron de una inversión pública considerable en la preparación de la Conferencia sobre el Medioambiente de las Naciones Unidas llevada a cabo en Río de Janeiro. Muchos grupos ambientalistas coordinaron campañas en temas como la protección, percepción de presencia corporativa, conservación de prácticas agrícolas tradicionales, vertido ilegal de compuestos tóxicos y la promoción de la agricultura orgánica para oponerse a la introducción de los cultivos GM. La confluencia de fuerzas hizo a la oposición de los cultivos GM un problema político global, que impulsaba a los países que tuviesen debates sobre los cultivos GM a buscar soluciones a través de círculos diplomáticos multilaterales.

La moratoria impuesta por la Unión Europea (UE) fue seguida por otros dos desarrollos políticos importantes. Primero, la UE usó su influencia para persuadir a sus socios comerciales de adoptar procedimientos regulatorios similares que se resguardaran en el principio precautorio. Segunda, Estados Unidos, Canadá y Argentina llevaron el problema a la World Trade Organization para dar una solución en el 2003. Bajo estas circunstancias, los paises Africanos cuyo principal aliado comercial era la UE optaron por regulaciones más estrictas en parte también por la presión diplomática.

Retos en África

En el 2006 la World Trade Organization (WTO) publicó su informe final sobre el debate, sus resultados fueron básicamente sobre temas de procedimientos y no resolvieron la causa principal del debate como el rol del “principio precautorio” en las reglas de la WTO y sobre si los alimentos GM eran substancialmente equivalentes a sus contrapartes convencionales. Pero para entonces una ideología anti-OGM´s estaba bien cimentada en los países africanos. Por ejemplo, inclusive después del desarrollo de la papa GM resistente a insectos, Egipto rechazo aprobarla en fase comercial. Ésta resistencia creció a tal punto que África rechazó recibir maíz GM donado por los Estados Unidos Una sequía severa entre 2001 y 2002 dejo a 15 millones de africanos en condiciones de hambruna; países como Zimbabue y Zambia rechazaron los cargamentos de maíz GM por el miedo de que los suministros fuesen sembrados en lugar de ser ingeridos.

A diferencia de la situación de los países desarrollados, donde el suministro alimentario está asegurado, en los países en vías de desarrollo los cultivos GM tienen el potencial para revolucionar las vidas de productores y consumidores. Para aprovechar todas las ventajas de los cultivos GM y de la biotecnología los políticos africanos deberían de considerar si es justificable apostar por sistemas regulatorios excesivos sobre los cultivos GM.

En Nigeria los resultados de un estudio sobre biotecnología demostraron que mientras la mayoría de los encuestados tienen sus dudas sobre la biotecnología y sus técnicas, no aplica igual para los productos derivados de la misma. La mayoría de los encuestados están dispuestos y apoyan la introducción de los cultivos GM y comerían alimentos GM si fuesen más nutritivos que sus contrapartes convencionales. Sin embargo, la percepción del riesgo que tienen los encuestados sugiere que a pesar de que la mayoría de las personas está a favor de la introducción de los cultivos GM, no consideran el actual estado institucional de Nigeria con una preparación satisfactoria para brindar aprobaciones a los cultivos GM.

Es importante considerar que los agricultores africanos no tendrán beneficios económicos importantes si los precios son bajos o caen. Adicionalmente, las complicaciones con el sistema de aprobación regulatoria hace difícil obtener licencias comerciales para sembrar cultivos GM. Además, los países vecinos generalmente también deben desarrollar legislaciones similares para cumplir con los problemas que pudiesen llegar a surgir con la polinización cruzada  y que pudieran llegar a tener impactos negativos en el comercio de la región.

Por estas razones la aprobación y uso de cultivos con beneficios potenciales es, por lo general, complicado. Sin embargo, a pesar de los desafíos potenciales, la biotecnología tiene el potencial de proveer, tanto mejores ingresos económicos cómo los medios para proveer de más alimentos para aquellos que los necesitan en África. Los dirigentes de la industria alimentaria en África prefieren considerar  el análisis caso por caso en lugar de adoptar un enfoque genérico de bioseguridad. Esto es en parte a que las prácticas regulatorias y tendencias en el desarrollo de la biotecnología van encaminadas a evolucionar a medida que los países buscan un balance entre la necesidad de proteger el medio ambiente y la seguridad sanitaria así como la necesidad de impulsar el avance tecnológico.

Midiendo el impacto de los OGM’s

Los avances en la ciencia han permitido que los científicos inserten determinadas características de otras plantas en los alimentos. Desde la introducción a gran escala de los cultivos GM en 1996, más del 79 % de soya, 70 % de algodón, 32 % de maíz y 24 % de canola sembrados a nivel global, provienen de semillas transgénicas. La rápida adopción de los cultivos GM demuestra que éstos ofrecen grandes beneficios económicos para los agricultores. En general, los agricultores experimentan menores costos de producción y mejores rendimientos debido a que el control de las malezas es más barato y se tienen menos pérdidas de cosecha relacionadas a plagas. Los cultivos GM son más seguros de utilizar que los pesticidas y herbicidas químicos tradicionales, incrementando la seguridad del trabajador y reduciendo la cantidad de tiempo que los trabajadores pasan en los campos de cultivo.

Mientras los beneficios para los agricultores son evidentes, no está completamente comprendido como es que la modificación genética afecta al mercado de valores para estos cultivos. Al mantener el avance tecnológico de manera constante las ganancias tienden a disiparse con el tiempo. El mundo no puede aplicar estándares uniformes para manejar las nuevas tecnologías. Es importante reconocer que los países en vías de desarrollo enfrentan diferentes tipos de riesgos que los países industrializados. Las nuevas tecnologías pueden requerir de monitoreo y capacitación de personal que posiblemente no pueda estar disponible localmente, y esto puede incrementar el riesgo asociado con su uso. Esto se ha demostrado con la falta de experiencia o información relacionado al uso de pesticidas que ha llevado en algunos casos a la contaminación de los alimentos, envenenamientos y resistencia a pesticidas. Además, la falta de regulación consistente, registro de productos y una evaluación efectiva son factores importantes que la África en desarrollo deberá tomar en consideración mientras continua explorando estas nuevas tecnologías.

Quizá las oportunidades de investigación y educacionales en biotecnología para los países africanos recae en el potencial de unirse a la revolución genómica mientras los costos de secuenciación de genomas se hacen más baratas. Si Watson y sus colaboradores quienes descubrieron  la doble hélice del ADN hubiesen secuenciado el genoma en el 2008 por 454 Life Sciences, el precio hubiese sido de $1.5 millones de dólares americanos. Un año después una firma establecida en California, Applied Biosystems, reveló que había secuenciado el genoma de un hombre nigeriano por un precio de $60.000 dólares americanos En el 2013 otra compañía establecida en California, Illumina, anunció que podía secuenciar el genoma humano por un precio de $1.000 dólares americanos.

Docenas de genomas de importancia agrícola, medicinal y ambiental para África ya han sido secuenciados.  Éstos incluyen; arroz, maíz, mosquitos, pollos, ganado y docenas más de otras plantas, animales y patógenos.  Los retos que afronta África es aumentar la capacidad en bioinformática para entender la ubicación y función de estos genes. Ya que mediante la documentación de genes, los científicos pueden entender el rol de los genes y sus potenciales contribuciones a la agricultura, medicina, cuidado ambiental, entre otras cosas. El desarrollo de ésta área le daría a la ciencia africana un nuevo propósito y ayudaría a integrar a la región en el conocimiento ecológico global. Ésta oportunidad le daría a África otra alternativa para dar un salto tecnológico.

Transformando las Oportunidades

La ciencia y la innovación siempre han sido las piezas clave detrás de los avances en la agricultora, tanto de manera particular como en la transformación general de la economía. Mas específicamente, la habilidad para añadir valor a la agricultura a través del conocimiento científico para actividades empresariales se posiciona como una de las lecciones económicas más importantes en la historia. Pero la ciencia y la innovación representan solo una de las grandes oportunidades que pueden ayudar a la transformación de la agricultura africana en una fuerza de crecimiento económico. También deberán de haber esfuerzos para crear mercados regionales para proveer incentivos para la producción agrícola, así como también una nueva generación de líderes africanos que enfoquen al continente a un cambio económico a largo plazo. La agricultura debe ser vista como una actividad empresarial basada en el conocimiento. Las inversiones focalizadas en la agricultura tendrán diversos efectos en varios sectores de la economía que ayudarán a repartir la prosperidad. Más importante, las futuras opciones tecnológicas deberán ser bien recibidas. A largo plazo, el no adoptar la biotecnología agrícola conlleva más riesgos que no adoptarla a tiempo.


Algunos comentarios del Dr. Juma a un Sub-Comité de los Estados Unidos en 2014 sobre una plática de la biotecnología en la agricultura:

  • “Los mayores beneficios económicos de los cultivos transgénicos se deben a mejores ingresos por más productividad y bajas pérdidas de cosecha.”
  • “Segundo; los cultivos transgénicos brindan la posibilidad de biofortificar alimentos clave, lo que es especialmente importante en diversos países donde la deficiencia de vitamina A es un verdadero problema (Ejemplo: Plátano con alto contenido de beta-caroteno en Uganda y el Arroz Dorado en Filipinas).”
  • “Por último, los cultivos transgénicos ofrecen beneficios ambientales al requerir menor cantidad de pesticidas, reduciendo la necesidad de usar más tierras arables, y combatir los efectos del cambio climático con el desarrollo de cultivos tolerantes a sequías”
  • “El balance de evidencia sugiere que los cultivos GM no suponen un riesgo mayor a la salud que sus contrapartes convencionales y sus beneficios económicos, nutricionales y ambientales son bastantes y están documentados. Sin embargo, si éstos cultivos descritos arriba llegan o no a quienes más los necesitan, depende mayormente de las agencias regulatorias y del proceso de aprobación regulatoria lento y costoso de cada país, así como también de la oposición del público hacia los cultivos GM en general.”

Sobre el Autor

Calestous Juma es una autoridad reconocida internacionalmente en la aplicación de la ciencia y la tecnología para el desarrollo sustentable a nivel mundial. Es Profesor de la “Práctica de Desarrollo Internacional”, además de Director del “Proyecto de Ciencia, Tecnología y Mundialización” y del “Programa Ejecutivo de Innovación para el Desarrollo Económico” de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de Harvard.

Ha sido nombrado como uno de los 100 africanos más influyentes en 2012, 2013 y 2014 por la New African Magazine, y en reconocimiento a su trabajo, Juma ha sido elegido miembro de la Royal Society de Londres, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, la Academia Mundial de Ciencias (TWAS), la Real Academia de Ingeniería del Reino Unido, la Academia Africana de Ciencias y la Academia de Ciencias de Nueva York.

Puedes seguirlo en Twitter: @calestous y @africrop.


 Documentos de consulta recomendados sobre cultivos GM

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